Hace pocos días el calor nos rodeaba influenciando nuestro medio ambiente, la temperatura, el tipo de alimentación, la actividad, etc. De repente ha aparecido el frío, los alimentos han variado, han aparecido las molestias y las enfermedades otoñales, asma, alergia, resfriados, gripes, etc…
La naturaleza ha cambiado de aspecto y color, ciertos alimentos han desaparecido ya, otros han hecho su aparición. Hay órganos que han empezado a ser afectados, como el Intestino Grueso y los Pulmones. Las horas de Sol y de actividad se han modificado. Los horarios de comidas y de sueño han de ser modificados, también.
La naturaleza y los animales se han adaptado pero los humanos por ignorancia de estas circunstancias y su significado, no nos hemos adaptado bien y por eso enfermamos.
Comemos los alimentos que se venden en tiendas y supermercados durante todo el año, aunque no sean de esa estación. (Ver mi póster de Hortalizas y Verduras mes a mes).
No cuidamos los órganos débiles estacionales con especiales cuidados. Hay que depurar y limpiar los intestinos (pre-bióticos, pro-bióticos, etc.). Hay que practicar la Respiración Completa y otras respiraciones especializadas, hay que reforzar la piel estimulando las defensas y la inmunidad hacia el exterior e interior. Baños de aire, agua, fuego y tierra.
Las frutas y verduras de la estación serán las más adecuadas. En una palabra, hemos de cambiar incluso el color de nuestra ropa imitando a los árboles y plantas en el OTOÑO.
Seamos uno junto con la Naturaleza y nos acercaremos a la SALUD, a la VIDA y a DIOS.
Por el Prof. Manuel Villaplana